Darío Víctor Greni Oliveri quería ser profesor desde los 11 años de edad. Soñaba con una vida diferente, pues sus familiares nunca tuvieron la oportunidad de completar sus estudios. Para Darío, los estudiantes, la participación activa de la comunidad y la construcción de redes fuertes, son las tres piedras angulares de una educación exitosa a nivel rural. Como en Uruguay las comunidades rurales han sido descuidadas, se ha esforzado por unir a la comunidad y a los estudiantes en proyectos colectivos a través de los cuales potencia el trabajo en equipo, la creatividad y el pensamiento flexible.
Dentro de los proyectos está un estudio de calidad del agua que considera a los macroinvertebrados como indicadores biológicos. Para éste, Oliveri conectó a los estudiantes con una variedad de expertos en el campo, incluidos microbiólogos. A través de esto, lograron una mayor comprensión de su entorno local, de los desafíos que lo afectan y de lo que se puede hacer al respecto.
Para este profesor, identificar lo que despierta el amor por el aprendizaje de cada estudiante es una prioridad, por esto invierte mucho tiempo en resolver qué los motiva. Por ejemplo, un nuevo estudiante llegó a su escuela y no hablaba en público. Oliveri descubrió su amor por las ciencias naturales y usó esto para desbloquear su voz. Este docente también ha hecho cambios muy importantes: eliminó las estructuras rígidas, ha reunido a estudiantes de diferentes edades y habilidades. Además, ha logrado estructurar el calendario en torno a una serie de actividades rotativas para fomentar el trabajo interdisciplinario y ha aprovechado mucho la tecnología.
El impacto de su labor se ve en el desempeño de sus estudiantes. El 98% de sus alumnos graduados asisten ahora a la educación secundaria, y el 78% tiene un alto rendimiento. Oliveri también ha ganado diversos reconocimientos por su labor y se ha dedicado a compartir sus aprendizajes con otros maestros.